El Jabber...


El Jabberwocky

Adolfo de Alba
Era la asarvesperia y los flexilimosos
 tovesgiroscopiaban taledrando en el vade
;debilmiseros estaban los borogoves;
bramatchisilban los verdilechos parde.

¡Cuidado con el Jabberwocky, hijo mío!
¡Cuídate de las mandíbulas que muerden de las garras que apresan
!Cuídate del pájaro Rapiña y del altanero Halcón.

Empuñó él su tajante espada,y contempló a su terrible enemigo largo rato.
Se puso a la sombra del árbol tumtumy duró un rato cavilando.
Luego, de un brinco, púsose presto,y la mala bestia,
 con ojos fulgurantesllegó resoplando por el sombrío bosque,y al acercarse aullaba.

¡Uno, dos! ¡Uno, dos! Sin cesarla filosa espada daba tajos
.Muerto lo dejó, y, cortándole la cabeza,de allí se alejó presto.
--¿Mataste al fin a la mala bestia, al tremando Jabberwocky?
¡Ven a mis brazos, niño querido

!¡Hermoso día!
¡Hurra! ¡Hurra!--gritaba con alegría.
Era la asarvesperia y los flexilimosos tovesgiroscopiaban
 taledrando en el vade;debilmiseros estaban los borogoves
;bramatchisilban los verdilechos parde.


Written in 1978.


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